Te deseo toda la Felicidad que mereces
y puedas soportar en tu casa, en tu valle,
en tu bosque, en tu río Tamuxe,
en tu océano Atlántico y en tu vida.
Me alegro de tu vuelta a la civilizacion salvaje e imperfecta.
Un viaje permanente del que no se escapa nadie,
aunque vivamos siempre en nuestro escaso
metro cuadrado de existencia.
Estes donde estes, desde cualquiera de los nidos
construidos entre nuevos aires, rocas, zarzas, arboles y tierra,
sea por aki o por alá, somos necesarios
e imprescindibles dentro de nuestra grandiosa insignificancia.
Ya me pregunté por tu silencio pétreo y sin respuesta;
por tu paradero incognito y misterioso
mientras seguia esperando
tu reaparición sorpresiva y telemática.
Porque echaba en falta tu dardo crítico e irónico,
tu cachondeo pasota e insolente
y tu compañía sabia y solidaria
para la tarea histórica y vanal
de ampliar y globalizar
nuestros "pequeños paraisos".
Gracias por compartir el desván de tus musas.
Mucha Salud, muchas Ideas y más Suerte.
lunes, 6 de septiembre de 2010
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