Regreso de vacaciones familiares y estoy
en blanco marítimo y en babia celestial
y con miedo a los innumerables
despropositos de la "reentré" otoñal.
Necesito resituarme para organizar
mis próximas actividades educativas,
mis tareas de cuidador familiar,
mis trabajos intelectuales y artísticos,
mis ejercicios deportivos y sanitarios;
mis responsabilidades paternales,
conyugales y amigables, y en especial,
mis labores más creativas e intimas
como oir a los pájaros que habitan en mis árboles,
darles comida y preguntarles por su vida;
ayudar a las hormigas de mi jardín
a recojer comida para el invierno
y escuchar sus aventuras veraniegas;
observar a las nubes que circulan
por mi tejado y analizar la evolución
de su forma y número y comentarles
las dificultades que van a tener en su camino;
acompañar a mi amigo canino Tapón
en su deambular diurno
estudiando sus necesidades
eróticas, bocales y culinarias;
participar imaginativamente en el diseño
y elaboración de la carta obligatoria
y nutricional,de la manduca diaria
de toda mi prole inquilina hambrienta;
desarrollar la ejecución activa
de la organización habitacional casera
y la limpieza higiénica completa hogareña
sin rechistar y con control remoto presencial.
¡Cuanto trabajo aún me queda
por hacer este año! Puaf.
lunes, 6 de septiembre de 2010
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